El pasado sábado estuve en diferentes lugares y reuniones sociales casi sin darme tiempo a pensar donde y con quién me encontraba. Además tuve que trabajar y, para no pedir un día libre, le pedí el favor a una compañera y me pasé la mañana y parte de la tarde entrando y saliendo del curro para hacer acto de presencia en cada lugar y con la gente que me había comprometido. La verdad es que no fue muy agobiante ya que todo me apetecía y eran cosas que había esperado desde hacía tiempo.
Y el domingo... Los continentes se movieron más y a mayor velocidad de lo que me moví yo en todo el día.
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