viernes, 15 de mayo de 2009

Con el corazón

El amor no tiene nada que ver con el corazón, ese músculo repugnante, esa especie de bomba empapada en sangre. El amor ataca primero a los pulmones. No deberíamos decir "tengo el corazón roto" si no "tengo los pulmones asfixiados".
Ay, los pulmones. Los pulmones son los órganos más románticos. Todos los grandes amantes contraen tuberculosis. No es casualidad que Chejov, Kafka o Frederic Chopin murieran de esa enfermedad. En cuanto a Camus, Moravia, Boudard... ¿habrían escrito los mismos libros sin esa enfermedad? Además, que se sepa La dama de las Camelias no murió de un infarto de miocardio, semejante castigo está reservando a los trepas con estrés, no a los sentimentales sin remedio... Los pulmones esperan a la tuberculosis para sentir que existen.

3 comentarios:

  1. Hija mía... Me has puesto la piel de gallina...

    ResponderEliminar
  2. Anónimo13:43

    Mi tubercolis ha llegado...

    Hombre del traje gris.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo16:10

    por supuesto, queria decir tuberculosis

    ResponderEliminar