jueves, 23 de abril de 2009

Hasta que la muerte les separe

Me cuentan que una de mis compañeras de universidad está a punto de pasar por el altar, al igual que una de las chicas con las que trabajé hace algún tiempo. Esta última me da la noticia ella misma, hace apenas una hora y en una rápida conversación telefónica. Y yo he exclamado: ¡Felicidades!.
Ahora bien..."¿¡Felicidades!?"
Antes de escribir nada más debo añadir que a la temprana edad de 7 años tomé la decisión de no casarme nunca. Me dijeron que ya cambiaría de opinión pero lejos de cambiar he ido encontrando motivos que me han hecho reforzar más esa idea tomada tan precozmente. Esto se puede deber a varias cosas:
Una es que me da pena tanto gasto absurdo. Otra, que no he encontrado a esa persona con quien no me importaría pasar el resto de mi vida, o si alguna vez he sentido algo parecido, no me haría ninguna gracia que me lo jodieran con eso de "amarse y respetarse TODOS los días de tu vida hasta que la MUERTE os separe". Porque oye, oye, para el carro; Si tengo serias dudas sobre si asistiré a una cena que se organiza este sábado, ¿como voy a prometer ante Dios algo para lo que tengo que tener claro lo que haré hasta que me vaya a criar malvas? Si, digo ante Dios. Y aquí entra el motivo de más peso.
Se trata de ser coherente con uno mismo, de dejarse de hipocresías. Una boda manque nos pese es un SACRAMENTO RELIGIOSO. Y si en mi día a día la religión católica ocupa un puesto minúsculo, no soy practicante ni comulgo con la mayoría de ideas que predican, ¿a cuenta de qué voy a aumentar la secta? Ah, bueno y me falta otro motivo. Este es un tanto superfluo, pero creo que fué el que más me influyó cuando anuncié por primera vez mi intención de ser una solterona, y es que siempre me dan risa las fotos de los recién casados. Son como las de las comuniones pero con una cara de panoli todavía mayor.

Retomando lo de estas dos chicas que se casan y mi exagerado gritito de ¡Felicidades!, no quiero decir que nadie deba casarse. Ni mucho menos. Pero hay que escuchar los motivos que tiene la gente para dar ese gran paso ("Uhu, casarse. Que gran paso para dos personas que ya viven juntas..." Escuchado en el delirante programa de Sarah Silverman).
Los motivos pueden ser de tipo tradicional "Mis abuelos quieren que me case", emotivo "Nos hace ilusión", económico "Es por si pasa cualquier cosa,...la pensión...", atolondrados "nos amamos y queremos compartir ese amor con nuestras familias, amigos..." previsor "las herencias, seguros de vida se tramitan antes..."Hay muchos mas. No hay que olvidar que tal como está creado esto, es mejor estar casado para que tanto la pareja como los hijos que puedan tener, tengan sus derechos mas protegidos ante la ley. Este es el motivo menos bobo que conozco.
Todavía nadie me ha explicado un motivo por el que no tenga que soltar ese gritito histrión y pueda decir con total sinceridad "Felicidades".

2 comentarios:

  1. Yo era de las que no se iba a casar nunca. A día de hoy, creo que sí lo haré, pero a mi manera. Esto es: ceremonia NO religiosa aún no sé dónde, y ni banquete ni leches: paella y parrillada al aire libre, vino, música, marihuana y la gente cercana; nada de familia con la que no hablo nunca. Ea, pues.

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  2. He de decir que esa boda tuya suena bien. Parrillada siempre suena tannn biennnn.... ya estoy babeando.

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